Meditando por lo alto "¡Clark! ¿Estás ahí?" Los gritos se escucharon en la cocina y Martha Kent salió a ver de qué se trataba. Frente a la puerta de entrada encontró a tres niños. Reconoció a Pete Ross con su brazo encabestrillado y unas buenas ojeras a consecuencia de tanto llorar. A su lado, el primogénito de los Braverman, un tanto más alto que Pete y con una expresión de quien prefiere estar en otra parte o jugando en algún lado antes que andar haciendo una visita vespertina. La tercera era una niña de cabellos color dorado pálido a quien nunca antes había visto. "Hola niños… Pete, ¿no deberías estar en casa cuidándote ese brazo?" El muchacho levantó el brazo tanto como pudo antes de sentir un poco de dolor y se limitó a responder al reclamo con un humilde "Pero si tengo un cabestrillo…" , y luego como si fuera algo normal andar con el brazo colgando, continuó: "Buscamos a Clark, ¿está en casa?" "Creo que está en su cuarto. Iré
Anhelos, fantasías, pesares, alegrías y demás sentires, reflejados en las letras de cuentos, narraciones breves o relatos que llaman.