Lentamente, Clark abrió los ojos. La luz que bañaba el lugar era tan intensa que lastimaba su retina o al menos esa era la impresión que causaba. De a poco la intensidad bajó hasta hacer el lugar visible, fue entonces que se dio cuenta que la iluminación a su alrededor era la normal, eran sus ojos los que estaban un poco sensibles. Desorientado, tardó unos segundos en reconocer la alcoba de descanso de su Fortaleza de cristal. Tambaleó con los primeros pasos que dio para salir de la cama y luego de ponerse su uniforme azul con el escudo pentagonal en el pecho, fue hasta la sala de controles.
"Veo que ya estás mejor", dijo en su cabeza la voz de Imra, quien lo esperaba en la sala.
"Eso creo. ¿Cuánto tiempo estuve inconsciente?", preguntó, todavía mareado.
"Un par de días. Tuviste suerte, fue gracias a tu densa estructura molecular que tus átomos no se dispersaron por el cosmos. No te imaginas el regaño de Brainiac-5 cuando le conté lo ocurrido. Creo que no lo veía así de histérico desde aquella vez cuando se enteró que habíamos robado una capsula del tiempo para viajar al pasado y conocerte. ¡Ah tiempos aquellos!".
Imra se puso de pie y seguida por Clark, comenzó a caminar por un pasillo a la derecha, que conectaba con un amplio salón de exhibiciones en medio del cual estaba estacionada su capsula del tiempo.
"Sé que te puse en un gran predicamento, pero me alegra que hayas venido por mi para ir en busca de Black Mace".
"Cuando lo vi en los monitores y confirmé su destino, supe que era el momento que me mencionaste hace años, tantos que ya casi lo había olvidado. Pero, puedo preguntar, ¿por qué arriesgarte de esa forma, sabiendo los riesgos de visitar tu propio pasado?"
Clark la miró a los ojos y le contestó sin mover los labios, usando el mismo canal telepático por el que ella le hablaba, una técnica que con los años que llevaban de conocidos, había aprendido a dominar.
"Como sabes, mi padre murió cuando yo era todavía joven y nunca supo que un día su niño se convertiría en un hombre de bien, como aquel misterioso hombre volador que una noche cambió nuestras vidas. Con el tiempo comprendí que un día tendría la oportunidad y que podría ver a Jonathan Kent a los ojos y mostrarle que todo iba a estar bien". Clark contuvo un sollozo y aceptó con agrado el abrazo de su amiga del mañana. "Ahora me gustaría saber cómo Black Mace supo de la conexión de Kal-El con los Kent. Creí que aún en el futuro esa no era una información de dominio público".
"Y no lo es", contestó Imra con absoluta certeza. "Pero me temo que esa respuesta tendrá que esperar. Luego que lo regresé a prisión, Garth lo visitó para interrogarlo y descubrió que había sido lobotomizado. Sospechamos que quienquiera lo haya ayudado a robar la capsula y le haya facilitado la información sobre Clark Kent, debió asegurarse que no pudiera delatarlo".
Clark no estaba decepcionado pero no sorprendido. En su larga carrera se había topado con situaciones similares y sabía que las respuestas rara vez eran servidas en bandeja de plata.
Con un beso en la mejilla se despidió de Imra, quien usó su capsula del tiempo para regresar a su propia época. Luego, preparó algunos soportes para las mentiras blancas que iba a tener que dar para justificar su ausencia en el trabajo. Antes de salir, recordó con nostalgia aquella noche en que se vio a si mismo volando sobre los cielos de Smallville y como de niño, soñaba con poder volar como aquel hombre misterioso. Sonrió, ajustó la capa roja a su cuello y de un salto abandonó su Fortaleza en el ártico. En pocos minutos recorrió la enorme distancia que lo separaba de su querida Metrópolis, en la costa Este norteamericana.
Si, definitivamente había aprendido a volar.
"Veo que ya estás mejor", dijo en su cabeza la voz de Imra, quien lo esperaba en la sala.
"Eso creo. ¿Cuánto tiempo estuve inconsciente?", preguntó, todavía mareado.
"Un par de días. Tuviste suerte, fue gracias a tu densa estructura molecular que tus átomos no se dispersaron por el cosmos. No te imaginas el regaño de Brainiac-5 cuando le conté lo ocurrido. Creo que no lo veía así de histérico desde aquella vez cuando se enteró que habíamos robado una capsula del tiempo para viajar al pasado y conocerte. ¡Ah tiempos aquellos!".
Imra se puso de pie y seguida por Clark, comenzó a caminar por un pasillo a la derecha, que conectaba con un amplio salón de exhibiciones en medio del cual estaba estacionada su capsula del tiempo.
"Sé que te puse en un gran predicamento, pero me alegra que hayas venido por mi para ir en busca de Black Mace".
"Cuando lo vi en los monitores y confirmé su destino, supe que era el momento que me mencionaste hace años, tantos que ya casi lo había olvidado. Pero, puedo preguntar, ¿por qué arriesgarte de esa forma, sabiendo los riesgos de visitar tu propio pasado?"
Clark la miró a los ojos y le contestó sin mover los labios, usando el mismo canal telepático por el que ella le hablaba, una técnica que con los años que llevaban de conocidos, había aprendido a dominar.
"Como sabes, mi padre murió cuando yo era todavía joven y nunca supo que un día su niño se convertiría en un hombre de bien, como aquel misterioso hombre volador que una noche cambió nuestras vidas. Con el tiempo comprendí que un día tendría la oportunidad y que podría ver a Jonathan Kent a los ojos y mostrarle que todo iba a estar bien". Clark contuvo un sollozo y aceptó con agrado el abrazo de su amiga del mañana. "Ahora me gustaría saber cómo Black Mace supo de la conexión de Kal-El con los Kent. Creí que aún en el futuro esa no era una información de dominio público".
"Y no lo es", contestó Imra con absoluta certeza. "Pero me temo que esa respuesta tendrá que esperar. Luego que lo regresé a prisión, Garth lo visitó para interrogarlo y descubrió que había sido lobotomizado. Sospechamos que quienquiera lo haya ayudado a robar la capsula y le haya facilitado la información sobre Clark Kent, debió asegurarse que no pudiera delatarlo".
Clark no estaba decepcionado pero no sorprendido. En su larga carrera se había topado con situaciones similares y sabía que las respuestas rara vez eran servidas en bandeja de plata.
Con un beso en la mejilla se despidió de Imra, quien usó su capsula del tiempo para regresar a su propia época. Luego, preparó algunos soportes para las mentiras blancas que iba a tener que dar para justificar su ausencia en el trabajo. Antes de salir, recordó con nostalgia aquella noche en que se vio a si mismo volando sobre los cielos de Smallville y como de niño, soñaba con poder volar como aquel hombre misterioso. Sonrió, ajustó la capa roja a su cuello y de un salto abandonó su Fortaleza en el ártico. En pocos minutos recorrió la enorme distancia que lo separaba de su querida Metrópolis, en la costa Este norteamericana.
Si, definitivamente había aprendido a volar.
Bueno, finalmente hemos alcanzado el final de esta historia. Se que he omitido muchas descripciones pero abusivamente he asumido que el lector conoce lo suficiente de la historia de este ícono como para llenar los espacios faltantes. Espero que así sea y que eso no haya afectado la experiencia de esta lectura.
ResponderEliminarNo siendo más, espero este viaje haya sido de su agrado tanto como fue para mi el visitar esos años de Clark en Smallville. Así que como siempre, hasta una próxima ocasión ;)