Ir al contenido principal

Escritubre Día 12

Playlist

La ex-señorita no ha decidido qué hacer.

Fue tu inocencia joven mujer
al dejarte convencer
y el consejo que tu madre
te dio un día
no supiste obedecer.

Ay! Es el dolor que había en su vientre,
un niño estaba presente.
Y en sus cartas me decía
que alguien perdería la vida.
Y tristemente me escribió así:

“Porque lo vine a conocer, señor,
cuando su vida toda de ella es.
Si primero lo hubiera visto yo
seguramente fuera su mujer”.

Tú, que has sido su amiga, su amiga fiel,
debes saber y entender
el porqué de aquella decisión.
Yo vivía atado a otra relación,
era mejor el adiós,
que por mí conociera la desilusión.

Amiga ella y yo, teníamos claro que era una locura esta relación,
pero la carne nos llamaba
y la cama nos hacia una invitación
a solo hacer el amor.

Y aunque me este muriendo por tenerla
y su actitud me de la aceptación,
no olvides que hay un hijo ya en su senda
que no merece una afrenta ni mala reputación.

“Yo sé que estas arrepentido
y duele, pero ya no eres nadie en su vida.
Ella encontró por quien vivir
y que la busques tú es un absurdo.
Olvídala...”

La conciencia me dice que la debo olvidar
y el corazón me grita que no puedo.
La conciencia no sabe que no se puede hacer mas
cuando te vuelves preso de unos besos,
de un te quiero,
del deseo, del corazón.

Y la melancolí­a
me ataca por la espalda sin piedad.
Y de pronto me pongo a pensar…
¿Y si nos quedara poco tiempo,
si mañana acaban nuestros días?

“Despídete.
Es el momento de decir adiós,
recuerda que
los que se quedan
no lo pasaran mejor.

Quiere tu mujer como te quiere o
de pronto se te va y no vuelve,
quiérela que te conviene,
mira que nadie sabe lo que tiene
hasta el día en que lo pierde.

Ella vive contigo, es tu amiga es tu mujer,
es tu esposa y es tu amante,
ella es toda un cuerpo fiel.
No le causes angustia,
no le hagas padecer.
Piensa que en algún momento
tu madre pudo ser.
Porque es mujer y merece respeto
y a ti te entregó, la pureza de su vientre.
Y tienes que estar pendiente
de los detalles”.

Una aventura, es más bonita
Cuando lloramos porque todo, todo
se acabó.

Y como hay tanto en la balanza,
yo me resigno con mi deber,
sigo pa' lante con la esperanza,
de que algún día la vuelva a ver.
Contra el peligro y las desgracias,
contra tiempo y difamación
después de todo yo solo quedo con Demasiado...
Corazón!

Canciones citadas
  • Decisiones / Rubén Blades
  • Ana Milé / Grupo Niche
  • Me Tengo Que Ir / Adolescentes Orquesta
  • Tarde Lo Conocí / Patricia Teheran
  • Dile a Ella / Víctor Manuelle
  • Ella y yo / Don Omar & Aventura
  • Señora - Otto Serge & Rafael Ricardo
  • Olvídala / Binomio De Oro
  • Conciencia / Gilberto Santa Rosa
  • Si nos quedara poco tiempo / Chayanne
  • Despídete / Ella Baila Sola
  • Quiere la que tienes / Grupo Clase
  • Detalles / Oscar De León
  • Una aventura / Grupo Niche
  • Demasiado Corazón / Willie Colón

Descargo: Algunos ajustes menores fueron realizados para mantener la coherencia en los textos. Las letras citadas corresponden a sus respectivos autores.


Reto original publicado en https://www.youtube.com/watch?v=iyB_WtFs4Nk

Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Es cosa del destino

La mañana era fría, gris. Una mañana propia de invierno aun cuando se suponía que era verano. El ambiente invitaba a la melancolía o a la depresión, cualquiera de ellas. La afortunada sería la que primero lo alcanzara, mientras caminaba con paso apurado desde el paradero de bus hasta la oficina. Ese no sería un trayecto largo si se le midiera en línea recta, pero no es esa usualmente la distancia más cercana entre dos puntos, especialmente cuando hay una autopista de múltiples carriles de por medio. Un puente peatonal sobre la autopista resultaba ser la única forma segura de salvar semejante obstáculo, lo que aumentaba considerablemente la distancia a recorrer, tanto por la extensa rampa de acceso, como por la diagonal que trazaba de un extremo al otro. Caminó hacia el puente sin aminorar el paso, el mismo paso acelerado con que atacaba toda distancia que lo separara de su meta de turno. Esa era su rutina de cada día. Este, sin embargo, no sería un día como cualquier otro. El destino s

Escritubre Día 7

Todo por ese pequeño detalle Viernes por la mañana. Andrea estacionó su auto compacto amarillo y bajó para acercarse a la reja enorme que cubría el portal de entrada. A menos que estuviera relacionado con iglesias o salones de recepción, siendo una recién llegada a la ciudad desconocía la historia detrás de muchos de los lugares que pudieran considerarse “icónicos” y este tenía toda la pinta de ser uno de esos. Alta como para rozar las ramas de los árboles sembrados a cada lado y ancha lo suficiente como para permitir el paso de dos vehículos si fuera necesario, servía a su dual propósito de mantener fuera a los indeseados y protegidos a quienes estuvieran dentro. A la derecha, sostenido por un poste de metal, estaba una caja cerrada de donde provino una voz áspera. “¿Qué se le ofrece?”, preguntó. “Soy la planificadora de bodas, la wedding planner . Tengo una cita con…” La reja comenzó a abrirse antes que terminara su presentación. Andrea regresó a su auto y tan pronto cruzó por e

Escritubre Día 8

El cerrajero gruñón que soñaba con saltamontes bailarines Jadeaba sin aliento, sus pies tropezaban con todo a su paso en su desespero por alejarse de la música pero sin importar hacía donde corriera, el estruendo de las gaitas y los tambores parecía rodearlo. Cansado, se acurrucó en el piso suplicando que la noche le sirviera de cobertura. Cerró los ojos y contuvo la respiración hasta no aguantar más. Entonces, tal como ocurriera otras muchas veces, al abrir los ojos estaban allí, a su alrededor, bailando al son de la música que inundaba el claro. Miles y miles de saltamontes se contorsionaban al son de esa música estruendosa. Furioso, se puso de pie y sin cuestionarse de dónde salió, tomó un lanzallamas. Apretó el gatillo y una llamarada brotó de la boca de aquel instrumento de destrucción, chamuscando a unos cuantos cientos de bichos. La música cesó, los saltamontes dejaron de bailar, chillaron al unisono y se le abalanzaron encima, cubriéndolo, mordiendo y sofocándolo hasta... desp