No es el Corelliano que buscaban “Se lo llevaron, ¿no es así?” Kemra se volvió rápidamente para encarar al dueño de la voz que acababa de escuchar y que definitivamente no correspondía a Montgomery Scott, sino al hombre alto de cabello oscuro y una vestimenta que bien lo haría pasar por un vaquero espacial, que ayudaba al viejo Ingeniero a ponerse de pie. “¿Quién eres?”, preguntó Kemra. “Por supuesto, que malos modales. Me llamo Tane Boman, capitán de la Estrella de Corellia , una de las mejores naves de la Galaxia y desafortunadamente, la causa de mi predicamento actual”. Un corelliano, pensó Kemra. Hace mucho que no veía a los suyos. La mayoría tenían fama de contrabandistas y pendencieros, no eran precisamente personas de fiar. “¿Y ustedes, quiénes son?”, preguntó Tane. “Somos visitantes”, se limitó a contestar Kemra. Todavía no decidía si podía confiar en aquel extraño. “Tuvimos el infortunio de atravesarnos en el camino de un desertor y un cazarecompensas y terminam
Anhelos, fantasías, pesares, alegrías y demás sentires, reflejados en las letras de cuentos, narraciones breves o relatos que llaman.