Lentamente, Clark abrió los ojos. La luz que bañaba el lugar era tan intensa que lastimaba su retina o al menos esa era la impresión que causaba. De a poco la intensidad bajó hasta hacer el lugar visible, fue entonces que se dio cuenta que la iluminación a su alrededor era la normal, eran sus ojos los que estaban un poco sensibles. Desorientado, tardó unos segundos en reconocer la alcoba de descanso de su Fortaleza de cristal. Tambaleó con los primeros pasos que dio para salir de la cama y luego de ponerse su uniforme azul con el escudo pentagonal en el pecho, fue hasta la sala de controles. "Veo que ya estás mejor" , dijo en su cabeza la voz de Imra, quien lo esperaba en la sala. "Eso creo. ¿Cuánto tiempo estuve inconsciente?" , preguntó, todavía mareado. "Un par de días. Tuviste suerte, fue gracias a tu densa estructura molecular que tus átomos no se dispersaron por el cosmos. No te imaginas el regaño de Brainiac-5 cuando le conté lo ocurrido. Creo que
Anhelos, fantasías, pesares, alegrías y demás sentires, reflejados en las letras de cuentos, narraciones breves o relatos que llaman.